Las horas fluían en calma, sobre la cama, mientras la
observaba dormir con la vista nublada. Su rostro distraído por el sueño parecía
ahora tranquilo y despejado, a pesar de la comisura dulcemente contraída de sus
labios.
La habitación condensada por el humo, que llenaba mis
pulmones de una melancolía inexplicable, apretaba en mi pecho. La miraba a los
ojos, aunque los suyos estuviesen ya cerrados, y me sentía caer.
Deseaba levantarme, fumar en la ventana, sintiendo el frío
con cada calada y llenando mis pulmones con el aire puro congelado y el sabor
amargo del tabaco. Apoyarme en el alfeizar y mirar al infinito, con la vista en
ninguna parte y mi mente acostada junto a la suya. Quería despertarla en un
abrazo, o que me abrazara por la espalda como si no pasara nada y sellara el
pacto con sus labios sobre mi cuello.
Me volví sobre la cama, dejando mi vista clavada en el techo
y mi mente divagando entre susurros y bostezos. La recordé, aún teniéndola a mi
lado, aún estando entre sus brazos. Como si mi mente buscara de nuevo
encontrarla sin haberla dejado marchar y mi cuerpo extrañara el suave roce de
su piel al descubierto ardiendo sobre mí.
Notaba la lluvia caer sobre mi tez y el frío calarme en los
huesos, me sentía en un vacío interminable, únicamente rodeada por el miedo y
el temor a su ausencia. Sus caricias continuaban en mi pecho y en mi mente, con
la silueta escuálida y tibia de sus manos rozando cada parte de mi cuerpo en un
intento desesperado por encontrarnos.
La sentía temblar a mi lado, pero no podía tocarla ni verla.
Repasaba su boca, buscando espacio en la mía y chocando dulcemente con mi
lengua. Quería abrazarla, dejar mi mente en blanco y ahuyentar el frío que
cubría ahora su cuerpo, pero no podía siquiera moverme o articular un atisbo de
palabra cálida.
Dicen que la Parálisis del Sueño es un fenómeno común que a
todos nos sucede al menos una vez en la vida, bloqueando nuestros cuerpos antes
o después del sueño durante algunos minutos. Podría, sin embargo, jurar que yo
me encontraba paralizada por algo superior a mis instintos básicos humanos.
Me noté desfallecer entre las sábanas, observándola. El
sueño llegaba al fin, secando mis ojos y ensalzando su rostro entre un millar
de pensamientos, realizando suavemente un salto hacia otro estrato. Dejándome
sola, abandonada en el limbo de la vida, en el diminuto límite con la muerte,
buscando un motivo lógico a la parálisis parcial de mi cuerpo, que justamente
se encontraba tendido a la derecha de mi éste, con los ojos abiertos y la
boca en un gesto.
" At a higher altitude with flag unfurled, we reached the dizzy heights of that dreamed of world"-Pink Floyd (High Hopes)
Me flipa cómo escribes, Marina.
ResponderEliminarHija de puta, esto es soberbio. Escribe un libro y hazme feliz.
ResponderEliminarjajajajaja fue a hablar
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