Y cuántas veces... ¿Cuántas veces imaginé cómo sería? Cuántas veces la vi sentada en esa barra, en medio de la penumbra de ese bar, hablándome con cada guiño infinito de sus ojos claros. Mirándome a los ojos sin temer ser juzgada por los míos. Cuántas veces la invité a esa cerveza con un amago de sonrisa en mis labios.
La miré otras tantas veces aspirar esa calada con su ansia de libertad y con el gesto cansado de buscar y no encontrar a nadie. Nunca.
Le cedí el humo de mi garganta mediante un beso que siempre se nos quedaba en el aire, y desee avanzar ese puto milímetro hasta hacernos chocar y romper.
Y observarla estallar. Observarla sobre mí o bajo mi peso, aspirando a la vida de otro modo. Y lo de cambiar por fin "follar" por "hacerlo". Entenderlo todo de nuevo, dejándola ser ella misma.
Escuché por fin el sonido de lo extático salir de su boca en un gemido, y jodí su soledad con un beso, o con varios. Y por primera vez en mi vida no me levanté de la cama con la intención de salir por su puerta y no volverla a ver. Si no que me quedé allí tumbada, observando cómo el humo que salía de mi boca se adhería a sus pestañas. La miré tumbada junto a mí en esa cama deshecha, llena de algo que no podría explicar con palabras. Y ese abismo que tanto amenazaba hacía meses ya no ocupaba cada rincón vacío de mi pecho mientras ella se amoldaba a mi cuerpo hasta la asfixia.
Pero nunca se sabe. Tal vez algún día pueda decirle cada una de las cosas que aunque me encantaría decir, ahora no puedo. Y podré apropiarme cada uno de sus gestos, su forma de enfrentarse al mundo y su perfecta manía de ser borde con los gilipollas. Darle algo más que lo que siempre ha tenido.
"Y soñaba calentar lo de abajo del ombligo... Yo soñaba, que quería soñar contigo."
Marea-Tú y yo
No hay comentarios:
Publicar un comentario