sábado, 25 de mayo de 2013

What the fuck's inside of me

La luz pálida de la mañana cubría nuestros rostros, apartando las sombras de la oscura habitación. El edredón continuaba apartado, dejando su cuerpo parcialmente al descubierto. Repasé con cada uno de mis dedos las curvas de su cuerpo, tratando de memorizar cada surco, cada curva, cada minúscula marca.
Me mantuve así durante horas, con la vista fija en su pelo, en la forma en que éste caía por su espalda, empapando la almohada con su olor. Supe entonces que la noche que me faltara no volvería a dormir.
Me incorporé suavemente sobre la cama, plegando mi cuerpo unos instantes sobre sí mismo.
Me levanté hasta la ventana, abriendo la persiana, dejando entrar a cada uno de los rayos de sol a través del delicado cristal, iluminando su rostro y su cuerpo tendidos aún sobre la cama.
Encendí el primer cigarro de la mañana pensando en ella, asomándome a la ventana de la habitación de la buhardilla, con la vista perdida en alguna parte del inmenso tejado. La sensación agridulce nunca había sido tan intensa como en aquel momento lo era. Su cuerpo me recordaba cada una de las cosas con las que me hubiera gustado poder luchar, cada una de las cosas que algún día querría olvidar.
Mientras la observaba dormir, ajena a todo ruido mundano y molesto, hundida en la almohada, como en un mundo paralelo que a mi jamás me estaría permitido conocer; pensaba en cómo poder plasmar aquel momento, de cualquiera de las formas. Para nunca olvidarlo, para nunca olvidarla.






domingo, 12 de mayo de 2013

sábado, 4 de mayo de 2013

Wake up


La noche estaba fría y el aire quemaba mis huesos hasta el punto de sentirlos aferrados a mi piel con dientes alargados y punzantes. El mirador estaba vacío, como lo estaba también el resto de mi cuerpo en aquel momento, abatido y carente de cualquier contenido.

Asomada allí, al borde de un interminable muro que me abría hacia un paisaje estremecedor y oscuro, veía su rostro en cualquier parte. Los edificios alineados con su estricta monotonía acaparaban la atención de mis dos ojos borrosos, y la luz de las farolas cegaba parcialmente la espera.
Sus ojos asomaban tímidos por encima de las nubes rojizas del atardecer, mientras mi mente volaba alto y sin un destino concreto, mirándome a los ojos y quemándome la piel. Durante unos segundos volví a sentirme como entonces.

Sentí mi rostro desgastado y mi ser desvanecerse dentro de mi propio cuerpo hasta desesperar. Y como entonces, me faltaba ella. Su sonrisa mordiendo fuerte la superficie de mi piel y mis manos temblando. Me faltaban los meses apagados y la triste sensación que recorría mi cuerpo cuando sentía su ausencia.

De vuelta a casa me di golpes con todo, caminando con la misma torpeza que entonces. Y realizaba cada paso como si de nuevo ningún lugar mereciera la atención de mi mirada, con la vista en el punto más alto del firmamento, chocando con la realidad de sus nubes grises.



"Slow suicide's nowhere to go"