martes, 25 de octubre de 2011

In the street.

La misma niebla que cubría esas calles, la misma que se formaba en torno a las farolas, pintando de naranja aquellas noches. La misma que hemos visto apagarse una y otra vez. Esa que cubría nuestras cabezas medio escondidas tras el portal, la que te ponía la piel de gallina al amanecer, cuando aún estábamos en la cama.
Tantas veces, abrazada a ella cuando no estabas tú por allí. La que me esperaba inmóvil al llegar a casa, y me miraba de una forma inquisidora, insistiendo en que tendría que volver. Y cuando se colaba por la ventana en mitad de la madrugada, y dejaba ese vaho característico, que atravesaba brutalmente la ventana. La misma niebla que no me dejaba ver dentro de tí. La que me miraba muy de cerca cuando tú ya te habías marchado, y contaba despacito los minutos que pasaban en voz alta. Tan alta que me taladraba la cabeza. Ella repetía tu nombre hasta que mis ojos se cristalizaban, se deslizaba despacio por la ventana en forma de lágrimas, y después, de reojo me observaba temblar junto a la cama.
La que no me dejaba dormir y otras veces me arropaba. Esa, la imagen blanca y aterradora de una ciudad despertando abrazada por ella. Sus brazos fríos, los que nos acariciaban con manos congeladas al alba. Y nos susurraba todas aquellas palabras, las que también me repetía en tu ausencia, para que quedara constancia de que te habías pasado por aquí.
He odiado esa niebla en verano, en esos estúpidos agostos largos y congelados sin ti. En esa arena que quemaba cuando trataba de darle mi mano, y ese mar inmenso de emociones que nunca me dejará descansar. Pero la he adorado todos los inviernos, cuando de pronto aparecía a tu lado y te hacía poner bufanda. Cuando te hacía tiritar y me abrazabas con fuerza durante horas. Cuando yo no soportaba verte temblar, cuando resbalabas, cuando te caías y me reía de ti unos segundos. Cuando te levantaba del suelo y me dabas un beso. Y cuando me besabas los párpados congelados.
Quiero que vuelva la niebla.


"Like a vision she dances across the porch, as the radio plays Roy Obirson singin' for the lonely. Hey, that's me, and I want you only."
Bruce Springsteen-Thunder Road

martes, 18 de octubre de 2011

Start to sweat so hold me tight.

A pesar de las horas malgastadas, de todas aquellas ausencias, de todas las noches en las que no pude dormir. Del dolor absurdo de esos meses de silencio infernal. De verte venir y marchar, de todas las promesas medio rotas y olvidadas en alguna esquina de esta ciudad.
A pesar de no poder respirar, de haberme olvidado del olor de tu cuerpo, del fondo absoluto de tus ojos, y de las palabras nunca dichas. Sí, a pesar de todo eso.
Y me encanta. Me encanta acercarme a ti hasta estar tan cerca... que ni siquiera podamos alcanzar a vernos con demasiada claridad. Me encanta perderme en cualquier sitio contigo, y esperar que digas lo que te digo siempre con la mirada. Y verte cantar.
Adoro cada uno de los pasos que he dado a tu lado, y me da igual lo que haya pasado, lo que hayamos tenido que soportar. Cada noche, y cada madrugada. Cada espacio incompleto sin tu voz, y cada rincón testigo de los abrazos fuertes de noche, y de los besos. Adoro que me hayas llegado a sentir tan cerca, la respiración entrecortada en aquella habitación, y cada uno de los pasos que no supimos dar.
Y pensar. Pensar que no quiero que te marches ahora. Que no te dejaré desaparecer de mi camino, al menos no de momento. No este año. No esta vez. Que nunca te podré tener de la forma en la que tú me tienes, que nunca podrás temblar como yo tiemblo cada vez que acaricias con cuidado mi piel.
A veces pienso en marcharme, y alejarme de todo esto. Pero cada vez que lo intento algo en mí se rompe por dentro, y ya no puedo renunciar. Es demasiado difícil dejar todo tan atrás, y los recuerdos vuelven con la resaca de cada ola en agosto, y con cada estúpida clase en septiembre. Y en noviembre es imposible que te olvide, es otoño, y cada hoja que cae... Y el invierno es demasiado frío como para dejarte marchar.
Así que aquí estamos otra vez, en la mitad del camino.


"I'll drink what you leak, and I'll smoke what you sight.
Straight across the room, with a look in your eye."
My medicine-The Pretty Reckless.

martes, 11 de octubre de 2011

Dos bonitos recuerdos, dolorosos.

Hace tiempo que no veo nada con la misma claridad que cuando aún estabas aquí. Ya no piso todos aquellos sitios, ni me quedo mirando esa estatua durante horas, esperando a que digas algo que me haga volver a la realidad. Y me cuesta demasiado caminar.
Sólo me paro en seco, entre toda esa gente, que no sabe a dónde va... Y busco entre todos ellos siempre tu mirada, y sé que no servirá de nada. Pero sigo cantando muy bajito esa canción, por si acaso estás por ahí escondida y la escuchas. E imagino que de alguna forma aún la cantas caminando a mi lado, y que vas siempre siguiendo mi compás. Sigo imaginando que me coges de la mano. Y da igual dónde busque, o en quién intente encontrarlo, porque el vacío sigue creciendo en alguna parte de mi cuerpo, y sé que hasta que vuelvas a mi lado no podré llenarlo.
También sigo sin poder dormir, y cada mañana me levanto como un zombie, y lo primero que hago es mirar tu foto, en la parte alta del armario. Me gustaría poder decirte que eso me da fuerzas, pero conviene no engañarse.
Ya no sé que hacer para darme cuenta de que es imposible que te encuentre por la calle, o que roce sin querer tu mano al pasar por ese bar. Y ojalá pudiera decirte que da igual, que simplemente se nos fue, que se nos escapó de las manos. Porque siempre quisimos que acabara de esta forma.
No quiero levantarme un día cualquiera y darme cuenta de que me he olvidado de la forma de tus labios al sonreír, o de la forma de tu cuerpo. No quiero darme cuenta de que ya no me acuerdo de los besos, o de la forma que dejaba tu cabeza sobre mi almohada. Ni de la manera en la que te acoplabas a cada uno de los rincones de mi cuerpo. Pero no dejo de pensar que queda todo demasiado lejos, y aunque me gustaría convertir tantos kilómetros en un par de metros de mierda, sé que no puedo. Y he terminado por asumir malamente que no hay ninguna manera de hacerlo bien. Ni de lograr que todo vaya mejor.
Sigo sin poder mirar a los escaparates, o a cualquier espejo que pueda ver desde la calle sin omitirte en su reflejo.
Quiero que sepas que detrás de todo esto, se oculta algo que habría podido explicar de una forma demasiado simple. Te echo de menos, nos hecho de menos, a la forma en la que solíamos ser.


"Tus bonitos ojos, son dos bonitos recuerdos. Dolorosos."
La estación seca-Buenas noches Rose.

sábado, 1 de octubre de 2011

Vuelve a sonreír.

He lavado incontables veces las mismas sábanas, y sin embargo, tu olor sigue impregnado allí. Es como si quisieras recordarme cuantas veces has estado allí tumbada, sonriendo a mi lado, y buscando algún motivo conmigo.
He intentado borrar cada caricia de mi cabeza, cada noche que parecía ser eterna. Pero recuerdo cada gesto en cada madrugada, y cada una de las palabras que nunca te he podido decir. He adorado dos años y medio esa sonrisa, y he luchado por estar todo este tiempo junto a ella. He mirado esos dos ojos verdes cada día, y cada noche los he buscado desde la ventana de mi buhardilla.
He tratado de recomponer cada beso a medio dar y cada camino trazado en tu cuerpo a escondidas... Cada uno de los mapas que alcanzábamos a dibujar en nuestros cuerpos en medio de una oscuridad completa.
Recuerdo la tristeza de la última noche, el abrazo inmenso que nos mantuvo en vela gran parte de ella, separadas únicamente por nuestra propia piel. Y el deseo enfermizo de desear poder quitarnos la piel a tiras, y juntarnos por completo de una maldita vez.
Pero no es eso lo que durante estos tres meses me ha quitado el sueño cada noche, no son los recuerdos bonitos, o los que me hacen sentir ganas de llorar y de gritar a mismo tiempo. Lo único que me puede, es recordar el preciso momento en el que te levantaste, y sin decir nada, saliste por la puerta principal de aquel local infernal.


"Déjate querer, dímelo otra vez. Un día con una noche oscura, esperando por ver si saliera la luna.
Quédate, muy cerca de mí, así los dos... Dulce madrugada.
Mírame, vuelve a sonreír, que sino, yo, no comprendo nada."
Extremoduro-Si te vas...