
miércoles, 31 de agosto de 2011
It's always bittersweet.

martes, 30 de agosto de 2011
Zombie.
Hazme un favor. No finjas más sonrisas, de esas agridulces que nos hicieron terminar. No llegues a casa a punto de romper a llorar. No te derrumbes ante el mismo viejo espejo, ni en la misma vieja cama. Deja de recordar aquellos días, tu mano sobre la mía, los abrazos fuertes al despedirnos, las noches que no acababan nunca. Deja a un lado la respiración entrecortada, las cuchillas, los gritos y el dolor. Omite la presión en el pecho, rompe las fotografías, pon una "X" sobre ese número en el calendario, déjalo pasar.
Claro que yo también te echo de menos, que extraño el suave contacto de nuestra piel, el efímero sonido que hacíamos juntas, y tu olor entremezclado con el mío. Echo de menos que sólo fuese una amistad, que todo sea complicado. Echo de menos preocuparme por alguien, echo de menos tener ganas de salir adelante, de salir a la calle.
Apoya tu mano en mi hombro, abrázame fuerte, como siempre lo solías hacer. Déjame notar tu mano apretando dulcemente en mi espalda, déjame sentir esos abrazos otra vez. Vuelve a ser tímida y miente, dame otro beso, sincero, justo en la comisura de mis labios. Tápame los ojos y no me dejes ver, acaba con esta sensación de cansancio, y no me hagas caso. Haz todo lo que te he pedido que no hagas, siente como esta vez sería diferente. Deja que vuelva a ser esa primera vez, cambia de día en el calendario, dibuja esa sonrisa de nuevo sobre mi cara. Quita la máscara que cubre todo mi ser. Acércate, junta conmigo tu respiración un instante. Pasa dentro de mí, rebusca dentro todo lo que quieras saber. Vuelve a hacerme daño, pero vuelve.
Enséñame las cicatrices de tus muñecas, vuelve a echarme la culpa, déjame conocer a alguien. Deja que todo sea igual pero distinto, olvida que algún día se tornó del color de una postal de invierno triste. Camina por esas calles deshechas a mi lado, y al llegar a tu habitación, cuando empiecen las peleas, gáname. Ponte sobre mí de nuevo, grítame todo lo que siempre has querido oír de mis labios, y luego lárgate. Deja que esta vez sea yo la que se quede llorando en el suelo, deja que me trague el orgullo, que me queme en el asfalto. Sé tú la que quema las fotos una a una, justo delante de mi cara, y recuérdame que también yo lo hice una vez. Rompe tú esta vez las promesas, ríete de todo en mi cara y dame la espalda. Haz paso a paso cada cosa que yo haya hecho mal, repítelo con una exactitud fría y calculadora, deja que sea yo la que sienta el dolor calando hasta los huesos. Pero luego, bórrame, entiérrame. Desaparece.
